Sin saber
las razones exactas nos encontramos en Colombia con el promedio de lactancia
más bajo en
Latinoamérica (que ahora bajó más, de 1.8 a 1.6 meses) y de los más bajos del
mundo, por qué?. Hay razones que todos más o menos intuimos: falta de apoyo
real en las clínicas (lugar único para dar a luz que reconoce el estado), la
promoción abierta de la leche de fórmula ( prohibida en muchos casos, a
propósito de la ley sobre el manejo de las leches en polvo para bebés), la censura,
la cultura “pro tetero” (“pro mamila”) que vivimos, y la falta de transmisión
generación a generación de cómo posicionar al bebé, como se produce la leche,
que esperar los primeros días; estos son saberes de muchas mujeres que viven
todavía en tribus, colonias indígenas, pueblos aislados que amamantan sin más,
como un proceso natural, como lo que es. Los hijos de las madres que mueren
reciben la leche preciosa de sus tías o abuelas. Cuántas de las mujeres de esta
generación y generaciones cercanas hemos visto a una mujer amamantar?, pero
amamantar placenteramente sin trapos, sin cobijas, sin miedo.
Una mujer
que tiene a su bebé hoy en Colombia sea en un hospital público o una clínica
privada vive un panorama complicado “teterito?, teterito para el bebé?, pero es
que no tiene leche!, bueno, si al bebé se le baja el azúcar es su responsabilidad,
se va a morir ” ó “El bebé tiene hambre, yo tampoco tuve leche, ya lo
intentaste, ahora dale tetero por favor!”. En las clínicas la promoción de la
leche de fórmula es abierta y constante, mientras que el apoyo a la lactancia
depende de la enfermera de turno, del médico de turno. Hay falta de formación e
información, eso es innegable, sino la mayoría de las madres saldrían de la
clínica convencidas de que las gotas que está produciendo son calostro, que los
relojes se inventaron después de la lactancia (así que lo hará a demanda, como
se hacía antes de la popularización de a leche de fórmula), y que en unos días
si el bebé succiona y si lo intentan una y otra vez bajará la leche, pero en
general la madre sale con la sensación de “la leche materna es lo mejor PERO en
caso que no puedas tal o cual leche es lo mejor” (que se podría leer entre
líneas “la leche materna es lo mejor PERO cuando ya se ponga seria y deje eso
de la lactancia esta leche es la mejor”), y en
caso de complicaciones reales como que el bebé no mame, duerma más de 5
horas y esté poco interesado en alimentarse, la mamá tenga grietas en el pezón,
etc una enfermera, un pediatra, un médico, le explicaría como posicionar mejor
al bebé o revisara si es que tiene frenillo largo, si tiene un problema de
salud.
Como decía,
ese es el panorama de las madres que tienen dos senos, saludables, que no han
tenido mayores problemas de salud y que tienen un postparto “normal”. Me
preguntaba entonces por los imposibles de la lactancia, o por aquello que se
cree una situación que resultará en leche de fórmula para el bebé como única
alternativa de alimentación, me pregunto también que podemos hacer las personas
afortunadas que trabajamos con el inicio de la vida.
Antes de
continuar debo decir que la leche de fórmula ha cumplido en muchos casos una
función, en Colombia por ejemplo si una madre llegase a abandonar a su bebé o a
no estar sea cual sea la razón o es sometida a radioterapia y/o quimioterapia
podría seguir alimentándolo sin miedo a que muera por falta de nutrición
adecuada. Bueno, esto si la madre cuenta con agua potable y dinero para
preparar la leche sin “rendirla” con harina o leche en polvo corriente. A lo
que apunto es que la mayoría de madres desea amamantar a su bebé y el problema
es que muchas de ellas ven esta etapa frustrada y se ven obligadas a renunciar
a la relación en sí misma que es lactancia con ellas mismas y su hijo, en
general por mala información, y que solo en casos extremos de enfermedad o
accidentes las mujeres sienten que dejar la lactancia es la mejor opción. Está
también una parte de la población materna que no desea amamantar a sus hijos,
esto merece también apoyo y comprensión, cada persona debe sentirse libre de
escoger lo que siente auténtico y real.
Las madres
con prótesis o silicona, más allá de las discusiones alrededor del cuerpo de
las mujeres y lo que ellas, con más o menos libertad deciden hacer con él (y
lejos de cualquier consideración moral porque no soy acérrima activista de
nada) con frecuencia me encuentro con madres que me dicen “no puedo amamantar
porque tengo silicona, el médico me dijo que no voy a tener leche suficiente,
que tengo que complementar”, nada más alejado de la realidad. Las madres que
tienen implantes o prótesis de silicona pueden amamantar a sus bebés teniendo
especial cuidado en hacerlo frecuentemente (de cualquier manera el bebé lo va a
pedir) para evitar el riesgo de mastitis (que es más alto en las mujeres que se
han sometido a este tipo de procedimientos), si la madre desarrolla mastitis
debe seguir amamantando a su bebé para no agravar la situación, los
antibióticos que se administran son compatibles con la lactancia.


Como
muestras las gráficas anteriores los implantes no interfieren con el tejido
mamario.
Madres de
gemelos y trillizos:

Se escucha cuando una madre tuvo
gemelos “pobrecita, dos?, durísimo, no va a volver a dormir, el gasto en leche
va a ser tremendo”. Bueno, tener dos bebés al mismo tiempo, cada uno con
necesidades propias del recién nacido pero con ritmos diferentes es un reto.
Por otro lado el gasto de la leche puede
reducirse a cero si amamanta. Esa mamá, que necesita cuidados y sostén en el
puerperio y más allá, descansará más amamantando que levantándose de noche,
calentando agua, preparando teteros, haciendo unas onzas más porque uno de los
bebés tiene hambre aún, así tenga una pareja o compañero para compartir
labores. El mayor descanso se da cuando los niños maman y ni la madre ni los
niños se levantan del todo, algunas madres comentan: creo que me levanté dos
veces pero estaba medio dormida. Hay posiciones para amamantar gemelos estando
acostada.
El gasto económico es ya mucho mayor
para las madres y padres de gemelos, la leche de fórmula sería uno más, si les explicáramos
que en la medida en que los bebés mamen, habrá suficiente leche materna para
los dos (o tres), que la lactancia responde a la ley de a oferta y la demanda,
a más succión, más leche. Entonces la madre de gemelos o trillizos tendrá más
leche que una madre que tiene un solo bebé. Es importante recordar que la
ausencia de leche materna es un diagnóstico y que en el 98% de los casos una
madre entre los 17 y los 45 años, sana, que gestó y dio a luz un niño vivo
tendrá leche para su bebé.
Madres que adoptan.
Me dijo Alberta* “cuando amamanté a
mi bebé nadie volvió a dudar que ese era mi hijo, yo me sentí segura también”.
No hay duda, es un trabajo largo, intenso, constante. Se requieren profesionales
comprometidos pues el protocolo es estricto (Domperidone y extracción meses
antes de la adopción cada tres o cuatro horas con extractor eléctrico doble, el
que usaría una madre que trabaja tiempo completo para hacer un banco de leche)
y una madre que quiera hacerlo.
Alberta buscaba un embarazo hacía
una década, estimulantes de la ovulación, inseminación artificial,
fertilización in vitro. Nada funcionó, fue muy frustrante. Con su pareja
pensaron en la adopción y fue así como un año antes de recibir a su bebé
entraron en una lista de espera. El protocolo para producir leche materna duró
7 meses, extracción diaria, varias veces al día. Me cuenta que las primeras
semanas fueron difíciles, ni una gota de leche. Un día desprevenida en el la
copa del extractor encontró unas gotas que parecían “miel clara”, era calostro,
me contó ella que fue muy feliz.

Cuando
llegó su bebé de 7 días de nacid@ Alberta tenía una buena producción, sin
embargo durante los días previo había recibido leche en tetero (o mamila), el
agarre (latch) fue complejo, ella se ayudó de un sistema de suplementación como
el que muestro a continuación:


Esto le permitió al bebé recibir
leche (de Alberta) sin sentirse frustrado por el esfuerzo de la succión y
conocer el pezón de su madre. A los días se deshicieron del sistema de
suplementación y mamó hasta los 22 meses. Por qué tanto esfuerzo?, por qué no
dar fórmula (que como escuché decir “no es un veneno”) y ahorrarse todo ese
trabajo?. Porque en el fondo los seres humanos sabemos, o mejor, sentimos la
importancia de amamantar, de esa cercanía, ese vínculo intenso e irrepetible,
no es solo por los beneficios nutricionales e inmunológicos, a veces tiendo a
creer que eso es secundario. Es aquello sutil, la mirada, el contacto, los
brazos, lo que va más allá de la palabras y la piel del otro, lo que nos llama.
Una madre que adopta podría sentirse
más segura cuando amamanta, tenga o no la cantidad suficiente de leche,
complemente o no. Esa sensación de estar
haciendo lo que solo una madre hace es maravillosa, lo he escuchado y leído de
madres que adoptaron.
Relactación.
Porque si o porque no, por un
medicamento, una gripa, depresión postparto, porque el bebé sube mucho de peso,
porque sube poco, porque está por debajo de la media (claro que estar en la
media sea con el peso más bajo o más alto es igual de saludable), una mujer que
amamanta en Colombia se siente caminar en la cuerda floja del destete.
Cuando una mujer a destetado por
alguna situación que no lo indicaba y si ella lo desea puede empezar proceso de
relactación, cómo?, pues cambiando la toma de tetero por una toma de pecho, al
principio puede que no consiga mucho, entonces debe poner a mamar a su bebé
todas las veces que pueda y entre tomas estimularse con un sacaleches o extractor
manual de buena calidad (medela, aveda, avent etc, nunca los sacaleche tipo
pera que venden en farmacias pues pueden lastimar el pezón y no cumplen con
estándares de calidad e higiene), así aumentará la producción. El bebé conocerá
de nuevo el pezón y aceptará la leche materna, entendiendo esto como un
preoceso. Si el bebé quedará con hambre DESPUÉS de la toma de pecho se puede
complementar con un poco de fórmula (mientras la madre aumenta la producción),
cuando el bebé acepte el pecho y quede satisfecho al final de la toma la madre
puede descartar definitivamente los teteros.
Amamantar a un bebé es una fase de
la maternidad, una forma de vínculo y relación de disfrute, donde la diada
puede conocerse, amarse y sentir esos ritmos sutiles, intangibles y
maravillosos de los primeros años de vida del bebé y de la nueva madre.
*Alberta es un
nombre ficticio que se usó para proteger la identidad de la madre.