Saturday, October 12, 2013

Un recuerdo del colegio: Side front up.



Después de los arduos primeros años en Bogotá el consultorio de mi papá comenzó a dar frutos, pasaron los días de la economía estrecha y como consecuencia entré al colegio más caro que pudieron encontrar, mis padres en medio de buenas intensiones pensaron que el precio sería garantía de una buena educación (o lo que se supone que es). Pasé en el colegio "GM" los primeros cuatro años de la primaria, a la sensación de ser bruta e incapaz se sumaba el claro sufrimiento de mi hermana menor. Ahora ya más cerca de los treintas hablamos de lo que fueron esos años. Mi hermana me dice: "Ale, ni siquiera puedo soportar esa sensación, esa angustia, esa tristeza".

Tendría 8 años, un poco menos tal vez. Hacía un sol intenso, esos soles picantes de la sabana de Bogotá, medio día. Algo de nuestro comportamiento (el de los cursos tercero y cuarto) ofendió a una coordinadora o a una profesora de la que recuerdo solo la voz, como castigo, como muestra de su autoridad nos sometió durante media hora a esto que ahora relato: "side, front, up", debíamos subir los brazos (up), ponerlos a los lados (side), y al frente (front) cuando ella lo ordenara, esto hasta el cansancio, hasta el dolor intenso de los hombros y las articulaciones. Fue su mirada, su actitud, su desprecio, esa sensación del que tiene mucho poder sobre el otro fue lo me llenó de terror, me dolían los brazos pero no podía parar. Nos humilló hasta cuando le pareció conveniente, a plena luz del día, frente a la mirada inhumana de otros profesores. Hoy todavía pienso en esa escena.

Yo creí que iba a encontrar modelos transformados, profesores, padres, comunidades haciéndose preguntas, siendo más amorosos con los niños. He sido ingenua (y eso que en la cotidianidad no lo soy tanto). Lugares comunes, autoridad, desconsideración y particularmente esa creencia de "la mano dura", "la disciplina", muchas cosas inconcebibles para los adultos están plenamente aceptadas en el mundo de los niños. Si mi pareja me dijera "lo que necesitas es disciplina" yo me ofendería al punto de la indignación, si se le dice a un niño lo mismo nadie se inmuta, por qué?.

Ahora me encuentro buscando colegio para mi hija, las miradas de aburridas (tipo: que exagerada eres!, si es SOLO una niña de cuatro años, lo que importa es la universidad) son frecuentes, cuando intento explicar que busco un espacio amoroso, cuidadoso, donde lo que ella sea importe, donde pueda descubrir lo que ama, lo que le gusta y lo que no, donde tenga libertad, donde pueda bailar, pintar y hacer amigos que es lo que más le gusta.

En la universidad tuve algunos profesores tiranos , ahora poco los recuerdo, me cuesta recrear los momentos desagradables con ellos, pero de ese día en el colegio "GM" recuerdo hasta el brillo de mi uniforme a cuadros, entonces lo que me queda es: a un mal  profesor en la universidad sobrevivimos, pero a uno cuando somos niños no tanto.

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